Comentario final del curso-taller imágenes en movimiento.
El curso-taller imágenes en
movimiento ha concluido, le acompaña toda una serie de inquietudes y
reflexiones que giran en torno a esta actividad, que nos toca direccionar a un
sitio al que le nombramos arte. No obstante, esta actividad es inherente al
sentido fenomenológico en el que nos toca recibir y construir imágenes que se
gestan en el mundo, al cual, percibimos acorde a lo que vivimos. Somos el
resultado de un largo proceso evolutivo en el cual se ha priorizado lo visual, permitiéndonos
conocer y reconocernos a nosotros mismos y al entorno en el cual nos
encontramos fincados, con una serie de estímulos orgánicos, mecánicos y electrónicos
que habrá que descifrarlos con la mente.
Siendo así, la memoria, el recuerdo y la sensación
de capturar el tiempo o el de la continuidad de este, se encuentran
estrechamente amarrados a imágenes. Imágenes que podemos ligar con un
instrumento tecnológico llamado cámara, la cual, nos da otra posibilidad de visualización
de ciertos fenómenos que nos inquietan y que el ojo humano en sus condiciones anatómicas
y fisiológicas no lo permean. Así mismo
para el arte, la cámara y los softwares de edición y posproducción son
generadores de videos, que dan muestra de una serie de ideas y pensamientos
procesados con los que se intenta expresarse, comunicar o darse a entender
hacia los demás.
En opinión personal sobre el curso-taller imágenes
en movimiento, los medios de tratar la imagen a partir de la posproducción fue
lo que más me capturo e impresiono, me permitió conciliar el registro de la
realidad con ese otro registro: el del imaginario. Ya que, un
día como hoy comprendí aquello que te he contado un centenar de veces, que no
hay nada equivocado en el mundo. La equivocación está en nuestra manera de
contemplarlo (Henry Miller).